
Prudencio se quedó huérfano con diez años y cuatro hermanos pequeños. La penuria económica obligó a dejar de lado la penuria sentimental, no se podía llorar demasiado tiempo, había que sobrevivir, en aquellos tiempos la neumonía era mortal y el abuelo Alfredo sucumbió a ella. Cuando Isabel, su madre, pidió ayuda, sobre todo para sus [...]
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